Para trazar las primeras ideas de este proyecto tan especial, partimos del concepto de que lo antiguo es verdaderamente hermoso.

Inspirados en esta idea, construimos un interior a base de restaurar, renovar, reciclar y reutilizar piezas antiguas que dieron como resultado un rompecabezas de distintos elementos curados. Un espacio donde distintas piezas de conversación se unen para contar una historia de generaciones.

Como gran protagonista, se extiende de fondo una obra de la maestra dominicana Ada Balcácer, de donde se desprende la paleta de colores utilizados para acentuar las áreas sociales del mismo. Un recorrido a través de tonos como el amarillo siena, el verde aguamarina, el marfil, entre otros.

Nada se pierde, todo se transforma. Este fue el concepto utilizado para devolverle su esencia al mobiliario perteneciente al cliente. Concisos muebles de caoba con formas orgánicas que renovamos a través de estampados gráficos y optimistas, utilizando distintos tonos de azul y verde como hilo conductor. De esta forma, aportamos luz y energía colorista a través de diversas texturas, logrando de alguna forma imprimir personalidad y sentido al espacio.